127 horas.

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No es que ahora, de la noche a la mañana, me haya vuelto crítico de cine, que va. Ocurre que ayer noche en compañía de unos amigos fuímos a verla en los cine Yelmo, del Puerta de Alicante, naturalmente de esa misma ciudad,  y francamente, es una película que me impactó. Se trata de una película que es buena, sin necesidad de saltar de alegría. Lo que se dice buena a secas. La interpretación fue magistralmente buena. Es una de esas producciones que resulta aconsejable, por cuanto que te mantiene en vilo durante toda la sesión, hasta que se produce el fatal desenlace en el que se amputa su brazo derecho, que queda atrapado por el accidental desprendimiento de una roca que le atenza irremediablemente su brazo. Tiene, como es lógico, una escena algo escabrosa para unos, normmal para otros, el caso es que al ser flasheada varias veces, la cosa tiene pase, es menos dura, pero por la forma en que se describe, queda claro como tuvo que ser el momento.

Si queréis ver un anticipo con este trailer que os presento, podréis hacerlo oprimiendo el ratón sobre estas líneas.

Me alegraré mucho que os sirva como mera referencia, ¡ah! se me olvidaba. Como la pela es la pela, dicen que se trata de un cine adaptado, y lo és. Solo ue tienen la mala costumbre de situarnos en la primera fila y claro, no hay quién lo pueda contemplar con una mínima comodidad, asi que si querés que no os la cuenten... ¡allá vosotros!



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